DIARIO 3. EL CEREBRO, MANDO DE OPERACIONES.

Si en el bloque anterior intentábamos profundizar, llegando al corazón del paisaje de aprendizaje, en este bloque hemos intentado razonar, poner el pensamiento en todo el proceso que conlleva crear un paisaje.

Y es que, igual que en esta frase de Eduardo Galeano (Periodista y escritor uruguayo) ...

... nosotros, los docentes, debemos ser seres sentipensantes. Quiero decir, que debemos planificar nuestros paisajes, o cualquier otra forma de aprendizaje, siempre intentando que el sentir y pensar a la vez, haciendo que trabajen juntos corazón y razón.

Me ha gustado muchísimo por tanto el trabajo de este bloque, en el que hemos intentado dar "rigor científico" al trabajo que se hace en el aula. No es que normalmente deje ese rigor de lado, ni mucho menos, pero siempre ha sido un duro caballo de batalla con el que lidiar y ha generado tediosas horas de trabajo para estructurar una clase, una unidad o todo un curso escolar.

Con esta metodología de trabajo, conseguimos, cerrar el círculo. Todos los elementos están conectados. Es una forma muy fácil y visual de hacer un recorrido por el camino que los alumnos tienen que transitar para llegar a alcanzar sus metas o aprendizajes.

Esto es lo que tienes que aprender (matriz de aprendizajes), y lo harás con una progresión (Taxonomía de Bloom) y atendiendo a un enfoque multidisciplinar (Inteligencias múltiples), y lo harás siguiendo estos pasos, este itinerario.

De esta forma, todo queda perfectamente estructurado, desde lo contenidos, así como el rigor que aporta su conexión con el currículo escolar, como la evaluación a lo largo de todo el proceso. 

Lo bueno es que no hay lugar a la improvisación, todo está estructurado antes de empezar a caminar.

Pero como todo proceso de aprendizaje, este es un proceso vivo, en constante cambio. Ahora que veo todo el trabajo, pienso que siempre hay cosas que de cara al siguiente se podrían mejorar.

El primer paso, sería ampliar la forma de evaluar incluyendo más variedad de instrumentos de evaluación, que al igual que en las actividades, ofrezca diferentes formas de evaluar al alumnado desde diferentes puntos de vista de los alumnos.

Otro aspecto que pienso que podría ser importante incluir en el paisaje, sería una evaluación del propio paisaje al final del proceso, en el que los alumnos pudieran de forma voluntaria hablar sobre los puntos fuertes o débiles del mismo y de esta forma conocer cuales son las fortalezas o debilidades a trabajar en el siguiente paisaje de aprendizaje, potenciando de esta forma aquello que más gusta a mis alumnos y que más les ayuda a progresar, buscando siempre mantener el equilibrio en el proceso de enseñanza aprendizaje.